Un Relato Sobre Dos Esposos


Hace mucho tiempo vivía un poderoso emperador llamado Nanda. Gobernaba la tierra hasta donde llegaban sus océanos hacia todas las direcciones. Cada día cientos de reyes y príncipes se inclinaban a sus pies, ofreciendo tributo y adoración. Tenía muchos ministros y consejeros, pero el más destacado de todos era un sabio altamente erudito llamado Brillante.
Un día la esposa de Brillante se enojó con él. Empezó a enfurruñarse y ni siquiera lo miraba. Dolido en el corazón, Brillante intento por todos los medios de persuadirla, pero ella no cedía. Al final Brillante, que adoraba completamente a su hermosa esposa, le dijo, “Dime, la más hermosa de las mujeres, ¿Qué debo hacer? Haré cualquier cosa para complacerte.”
Luego de un poco de persuasión, ella dijo finalmente, “Muy bien, si realmente me amas, entonces rasúrate completamente la cabeza y luego cae a mis pies. Entonces podré estar complacida por ti.”
Brillante en seguida hizo lo que le pidió y ella lo abrazó felizmente.
Poco tiempo después de esto, la reina del emperador también se enojó con él. Ella también se puso de muy mal humor y no le dirigía la mirada a su esposo. Él trató de pacificarla con todas sus fuerzas, pero en vano. Al final, cayó a sus pies y suplicó, “Mi querida Reina por favor dime qué debo hacer. No puedo sobrevivir un instante sin ti.”
“¿Es eso verdad? Entonces pruébamelo. Ponte un freno de caballo en la boca y déjame montarte en la espalda. Luego galopa relinchando como un caballo. Solo entonces estaré complacida contigo.”
Nanda hizo lo que se le mandó y su reina cedió. Al día siguiente, cuando entró a la corte real, vio que Brillante se había rapado la cabeza. “¿Por qué has hecho esto?” preguntó sorprendido. “No hay ningún festival o ceremonia.”
Brillante sonrió. “No, su Majestad, no hay. ¿Pero qué no haría un hombre por una mujer? Rasurarse la cabeza fuera de estación o hasta relinchar como un caballo. Él ciertamente haría cualquier cosa.”
Moraleja: Un hombre haría cualquier cosa por una mujer
Nanda rió y no dijo nada.
Boca Roja prosiguió, “Entonces lo ves, amigo mío, no puedo confiar en ti en absoluto, ya que te encuentras completamente dominado por una mujer. Harás cualquier cosa.”
Mientras el mono estaba hablando, otro cocodrilo se acercó a Dientes Terribles y dijo, “Buen Señor, vine a decirte que tu esposa se ha marchado.”
“¡Ay de mí!” exclamó Dientes Terribles. “¿Qué haré? Entraré al fuego y terminaré con mi vida.”
“No seas tonto” dijo Boca Roja. “Deberías regocijarte. Ahora estás libre de las garras de tu materialista esposa. ¿Quién sabe qué mas te hubiera obligado a hacer?”
“Sí, tienes razón. Pero ahora dos calamidades han caído sobre mí. En primer lugar he tenido un malentendido con mi querido amigo; en segundo lugar, mi hogar se ha roto. Ah, sin duda esto se debe a que estaba excesivamente apegado materialmente. Tal persona pierde todo, como lo muestra la historia de la esposa descarada.”
“por favor cuéntame esa historia” dijo Boca Roja y el cocodrilo comenzó a narrar.