Los Dos Loros


Una lora dio a luz 2 polluelos en una zona montañosa. Un día cuando ella había salido por comida, un cazador de aves atrapó a sus dos hijos. Al intentar ponerlos en un saco, no obstante, uno de ellos escapó y huyó. El cazador puso al ave capturada en una jaula y de a poco le enseñó a hablar. Mientras tanto, la otra ave huyó a una ermita. Fue entonces hallada por un bondadoso sabio, quien la cuidó con esmero.
Transcurrió el tiempo y un día, un príncipe, cuyo caballo se había desbocado, llegó galopando al bosque donde vivía el cazador. Viéndolo, el loro de la jaula gritó, “Ven pronto amo mío. Aquí hay un hombre en un caballo. ¡Agárralo! ¡Átalo! ¡Mátalo!”
Cuando el príncipe escuchó esto del loro, hizo girar su caballo y cabalgó fuera del bosque. Reincorporándose a su compañía, siguió su camino y pronto llegaron a la ermita donde vivía el otro loro. Al acercarse, este loro también gritó.
“Vengan por aquí, buenos señores. Refrésquense con agua fresca y frutas. Son bienvenidos.”
El loro voló sobre una de las chozas de techo de paja y llamó, “Oh santos ermitaños, aquí llegaron algunos invitados. Hónrenlos bien.”
Sorprendido, el rey le dijo al loro, “¿Cómo es que hablas así? Acabo de ver otro loro que se parecía exactamente a ti y habló muy distinto, ciertamente de una manera cruel.”
El loro entonces narró los detalles de su vida al príncipe, quien pudo entender que fue puramente por asociación que los dos loros habían aprendido su comportamiento.
Moraleja: La Asociación forma el carácter
“De ahí que temo estar cerca de ti, Astuto” dijo Cuidadoso. “Tu amistad es para ser temida. Los Vedas dicen que es mejor tener a un sabio hombre como enemigo que un necio como amigo. Aquí hay un relato para ilustrar este punto.”