Mente-oscura y Mente-correcta


Hace mucho tiempo vivían en una ciudad dos amigos que pertenecían a la clase mercantil. Uno se llamaba Mente-correcta y el otro Mente-oscura. Un día, Mente-oscura pensó para sí mismo, “Por más que me esfuerce, no puedo hacer fortuna. Tengo poca inteligencia para tales cosas, pero Mente-correcta, sin embargo, es muy capaz de hacer mucha riqueza. Quizás puedo idear un plan para volverme rico a través de él.”
Mente-oscura entonces fue junto a su amigo y dijo, “¿Por qué no vamos tú y yo de viaje para buscar nuestra fortuna? Viajando por tierras extranjeras, estoy seguro que amasaremos mucho dinero.”
Mente-correcta aceptó y partieron seguida. Mediante la habilidad e inteligencia de Mente-correcta, pronto hicieron mucho dinero durante sus viajes y decidieron regresar a casa. Al acercarse a su ciudad natal, no obstante, Mente-oscura dijo, “No creo que sea prudente entrar a la ciudad con todo este dinero. Los ladrones pueden vernos. Enterremos la mayor parte en un lugar seguro. Podemos regresar más tarde cuando veamos que no haya nadie en los alrededores.”
“Muy bien” dijo Mente-correcta, sin sospechar nada. Él ayudó a su amigo a cavar un pozo y enterraron el dinero cerca de un gran árbol, donde pudiera ser encontrado fácilmente.
Un año pasó durante el cual Mente-oscura gastó toda la plata que había traído consigo. Adicto a la bebida y al juego y mezclándose libremente con mujeres de dudosa moralidad, pronto quedó sin un céntimo. Entonces decidió regresar donde se hallaba el dinero enterrado y tomarlo todo. “¿Por qué habría de compartirlo con Mente-correcta?” pensó.
Luego de tomar todo el dinero, Mente-oscura regresó a su casa y transcurrió un mes. Comenzó a preocuparse por Mente-correcta. ¿Y si había ido a buscar algo de dinero? Se daría cuenta en seguida que Mente-oscura lo había tomado.
Mente-oscura urdió un plan. Entonces fue junto a Mente-correcta y dijo, “Amigo mío, ¿porque no vamos al bosque y recuperamos nuestra riqueza? Creo que ahora es seguro.”
Mente-correcta aceptó y los dos hombres regresaron al árbol donde el dinero estaba enterrado. Cavaron hacia abajo, pero, por supuesto, no hallaron nada. Inmediatamente Mente-oscura se golpeó la cabeza con la mano. “¿Qué ha pasado? Mente-correcta, ¿Cómo pudiste hacer esto? Has tomado todo el dinero. Dame mi mitad ahora mismo.”
“¿Qué estás diciendo, Mente-oscura? No he estado aquí desde que el dinero fue enterrado. Tú lo debes tener, no yo. ¡Como! yo siempre hago caso de la instrucción moral que dice,
Aquel que ve a la esposa de otro
Como si fuera su madre;
Quien ve los bienes de otro
Como basura de la calle;
Quien ve a toda entidad viviente
Como ve a su propio ser querido
Es sin duda una persona erudita
Quien jamás se hunde en el pecado.
¿Cómo entonces podría haberte quitado el dinero?”
Empezaron a reñir y finalmente Mente-correcta dijo. “Llevemos esto ante la corte real. Ellos pueden resolverlo.”
“Muy bien. Pronto veremos quien es el criminal aquí.”
Yendo ante los jueces, ambos hombres se culparon mutuamente de robar el dinero. Mente-oscura dijo entonces, “Soy inocente y puedo probarlo. La diosa del bosque de la región donde dejamos el dinero sin duda lo atestiguará.”
“¿De verdad?” dijeron los jueces. “Debemos verlo. Si efectivamente la diosa habla en tu favor, castigaremos a Mente-correcta de inmediato.”
Se decidió que irían al bosque a la mañana siguiente. Esa noche Mente-oscura fue junto a su padre y dijo, “He tomado una gran cantidad de monedas de oro de Mente-correcta y seré castigado si tú no me ayudas.”
Por afecto hacia su hijo, el padre dijo, “¿Qué debo hacer?”
“Ve muy temprano por la mañana al bosque y escóndete en el hueco del árbol baniano cerca de donde estaba escondido el dinero. Cuando lleguemos allí con los jueces y pidan a la diosa que de su testimonio, tú debes acusar a Mente-correcta por el robo.”
“No estoy seguro,” replicó el padre. “Un plan no pensando a fondo no tendrá éxito. En efecto, probablemente fracasará, tal como en el caso de la garza.”
“¿Oh, como ocurrió eso?” preguntó Mente-oscura y su padre contó la historia.