Sandili y las Semillas


Había una vez un brahmana muy pobre que vivía con su esposa llamada Sandili, vivían en una pequeña choza. Un día, en ocasión de un festival religioso, el brahmana le dijo a Sandili, “Querida dama, hoy saldré y mendigaré caridad. Estoy seguro que será un buen día para obtener donaciones. Mientras me voy, ¿Por qué no cocinas algo de comida? Cuando regrese, podemos ofrecerla a algún hombre santo.”
Sandili, cansada de su pobrísima existencia, replicó duramente, “¡Tonto hombre! No tenemos nada. ¿Cómo puedo dar caridad a otros? Desde que me casé contigo no he saboreado ni la más mínima felicidad.”
El brahmana inclinó la cabeza humildemente y dijo, “Buena mujer, tenemos lo que sea que el Señor ha ordenado para nosotros. Ningún hombre puede tener más que eso. Con razón se dice,
Cinco cosas son establecidas para todo hombre
Desde el momento que ingresa al útero,
Su destino, conocimiento, riqueza,
Y el momento exacto de su muerte.
Pero cualquier cosa que tengamos, debemos dar la mitad a los hombres santos, ya que de esta manera podemos ganar gran virtud.”
Sandili arrugó su rostro. “Virtud, virtud, solo piensas en eso. ¿Cómo puedo pensar en la virtud cuando somos tan pobres?”
“Debes hacerlo, buena dama. Toda felicidad vendrá de la virtud. Ahora ve que tenemos guardado y empieza a cocinar. Yo regresaré pronto.”
El brahmana entonces se marchó y su esposa empezó a buscar entre sus reservas. Hallando un saco de semillas de sésamo, las sacó y las descascaró. Luego de lavarlas, las puso al sol para que se secaran.
Un poco más tarde, un perro se acercó y por el llamado de la naturaleza, levantó una pata sobre las semillas y las orinó. Cuando Sandili vio esto dijo, “¡Qué destino tan cruel! ¿Cómo puedo usar estas semillas para alimentar a un hombre santo ahora?”
Juntó sus semillas y salió de su casa. Yendo de puerta en puerta, llamaba, “¿Quién me cambia algunas semillas con cáscara por las mías sin cáscara?”
Una dama la escuchó y pensó, “Esto parece un buen acuerdo.”
Tomando una bolsa de semillas frescas, salió y efectuó el intercambio con Sandili. Pero al entrar a su casa, su esposo, sabio en los temas del mundo, le dijo, “¿Qué has hecho, mujer? ¿Quién querría cambiar semillas sin cáscaras por semillas con cáscara? Obviamente existe una razón. Yo tiraría esas semillas en seguida. Has sido estafada.”
Moraleja: No puedes obtener algo de nada.
“Por eso es que digo que todo sucede por una razón” dijo Nalgas-anchas. “Ahora, veamos si podemos hallar la razón por la que este roedor es tan audaz y fuerte.”
Nalgas-anchas dijo que buscaría mis huellas por la noche y entonces encontraría mi madriguera y la excavaría. Escuchando esto, conduje a mis seguidores de regreso a la madriguera por una ruta tortuosa, esperando engañar a Nalgas-anchas. Pero en el camino nos tropezamos directamente con un gato. Él nos destrozó y muchos fueron muertos. Los demás volaron dentro de la madriguera, goteando sangre mientras huían.
Por supuesto, Nalgas-anchas pronto halló la huella de sangre que conducía hacia la madriguera. Tomando una espada él empezó a cavar. En poco tiempo cavó justo en mi guarida. Allí encontró toda mi reserva de comida, la que siempre me daba mucha fuerza.
“Aquí está la fuente del poder de esta criatura” dijo con una carcajada. “Limpiemos esto y estoy seguro que ya no verás más al topo y sus compañeros.”
Habiéndome ocultado aterrorizado mientras Nalgas-anchas estaba cavando, salí lentamente luego que se hubiera marchado. No podía soportar la visión de mi desolada madriguera, asolada y vaciada por el malvado Nalgas-anchas. Mi fuerza y vigor se fueron. No tenía voluntad para regresar a la casa de Oreja-torcida y tratar de robar su comida otra vez. Mis seguidores me abandonaron.
Profundamente apenado, me senté y reflexioné acerca de mi situación. Me sentía despojado de todo poder. Como el sol ilumina todas las cosas, así la fortuna y opulencia de un hombre hace que todas las otras cualidades sobresalgan, no pueden brillar si él está sumido en la pobreza. Todos sus amigos e incluso los miembros de su familia lo abandonan. Como la luna menguante, gradualmente se pierde su buen comportamiento. Las desgracias lo superan y sufre.
Gradualmente, mientras estaba sentado pensando, el desapego comenzó a invadirme. “¡Al diablo con la riqueza!” pensé. “Sin duda el anhelo por riqueza trae todo tipo de ansiedades. Por demasiado tiempo he estado esclavizado por mis deseos de riqueza y disfrute. Me he inclinado y arrastrado ante hombres malvados, he comido despreciables restos de comidas, he bebido agua pútrida y nauseabunda, he sufrido el dolor insoportable por la separación de los seres queridos, he caminado muchas millas agotadoras y he dormido en escabrosas dunas –todo simplemente por satisfacer a la Diosa Deseo. ¡Suficiente! Déjenme retirarme al bosque. Viviré de cualquier pequeña comida que encuentre día a día. De esta manera, me volveré pacífico. Pensé acerca del proverbio,
Conocimiento es visión verdadera, no lo que los ojos ven.
Satisfacción a solas es verdadera prosperidad.
La conducta otorga nobleza, no el nacimiento.
Y la virtud muestra el verdadero valor del aprendizaje.”
Entonces me abrí camino hacia lo profundo del bosque y cavé una nueva madriguera. Poco tiempo después, Lustroso vino a mí, atrapado en la red del cazador de aves.
“¡Anímate, amigo mío, anímate” dijo Pasolento. “Aquí tienes en Fugaz a un verdadero amigo. Aunque él sea tu enemigo natural, él te ha traído bondadosamente hasta aquí. Mientras que todos son amigos en tiempos de prosperidad, el verdadero amigo es únicamente aquél que está en tiempos en que golpea la adversidad.”
Pasolento aconsejó a Dorado que ponga voluntad. “No te lamentes de tu destino. Algunos hombres están destinados a disfrutar, incluso si no son ricos, mientras que otros pueden tener riqueza y no son capaces de disfrutar. Escucha el relato de Simple, el carpintero.”