El Perro que Viajó al Extranjero


Había una vez un perro llamado Manchas, que vivía en una tierra castigada por el hambre. Continuó por un largo tiempo y muchos perros y otros animales murieron por la necesidad de comida. Temiendo por su vida, Manchas decidió que su única esperanza era abandonar su hogar y viajar lejos.
Después de caminar por muchos días, viviendo de cualquier sobra que podía birlar de aquí y de allá, llegó a un poblado en una tierra floreciente. Encontró allí una enorme casa donde los dueños eran muy liberales y caritativos. Cada día ponían todo tipo de alimentos para los animales locales. Manchas comenzó a ir allí regularmente, disfrutando de variedad de comestibles para alegría de su corazón.
Sin embargo, cuando estaba regresando de la casa un par de días después fue asaltado por una jauría de perros. “¿Quién te invitó aquí?” gruñeron. “Mejor márchate.” Cayeron sobre Manchas y hundieron sus colmillos en él. Manchas salió corriendo y se escondió.
Al día siguiente trató de escabullirse furtivamente en la casa por un poco de comida, pero de nuevo fue visto por la jauría, la que otra vez le dio una feroz mordida. Después de algunos días, Manchas decidió que ya era suficiente. “Las cosas pueden estar mal en casa, pero al menos puedo vivir pacíficamente. Me marcho.” Dicho esto, se abrió camino de regreso a su propio país.
Moraleja: Quédate en tu propia tierra
Boca Roja terminó su historia diciendo, “Y así, mi querido amigo cocodrilo, te sugiero que regreses a casa y enfrentes valientemente a tu enemigo. Como dice el proverbio, la riqueza obtenida sin esfuerzo no da placer al valiente. Por lo tanto, esfuérzate y gana de vuelta tu hogar.”
Dientes Terribles no perdió más tiempo. Nadó rápidamente de regreso a su casa y enfrentó al otro cocodrilo. Con determinada resolución lo superó y lo mató y así continuó viviendo pacíficamente por muchos años.