Los Tres Peces


En el lago vivían tres peces que eran amigos, llamados Precavido, Sagaz y Predestinado. Un día, Precavido escuchó a unas personas conversando cerca del lago. “Vengamos aquí mañana y pesquemos en este lago. Parece estar surtido de muchos peces gordos.”
Alarmado por esto, Precavido fue enseguida junto a sus dos amigos y les comentó esto. “En mi opinión deberíamos nadar inmediatamente hacia el río abierto y encontrar otro lago” dijo.
Sagaz respondió, “Me gusta este lago, pues he vivido aquí toda mi vida. Cuando el peligro venga, encontraré alguna forma de ocuparme de él.”
Predestinado dijo entonces, “Yo tampoco me iré. Lo que sea, será. ¿Por qué debería temer o huir?”
Precavido dijo, “Como quieran, pero yo me voy.” Se fue nadando, dejando atrás a los otros dos.
Al día siguiente llegaron los pescadores. Arrojaron sus redes y atraparon todos los peces del lago, incluyendo a Sagaz y Predestinado. Sagaz, quien había estado pensando en el problema, inmediatamente flotó en la superficie, fingiendo estar muerto. Viendo esto, los pescadores lo levantaron y lo arrojaron fuera de la red. “Este debe estar enfermo” dijeron. Sagaz entonces nadó a un lugar seguro.
Predestinado no tenía idea qué hacer. Metió su nariz en la malla de la red y trató de escapar con toda su fuerza, pero inútilmente. Los pescadores lo sacaron de la red y lo golpearon hasta la muerte.
Moraleja: Usa tu inteligencia
Pies Estirados rió. “No soy nada parecido a Cuello de Tortuga o Predestinado. Pon tus huevos, buena dama. No temas.”
De mala gana, Devota entonces puso sus huevos a la orilla de la playa. El océano había estado escuchando la conversación con su marido. Intrigado por ver que haría Pies Estirados estiró sus manos de crestas espumadas y tomó los huevos. Cuando Devota regresó a su nido y no encontró sus huevos, se le rompió el corazón. Le reprochó a su marido. “¡Qué te dije! ¿Ahora que harás?” Eres exactamente como Predestinado. Ahora tendrás que mirar mientras yo, tu amada esposa, ingresa al fuego ardiente, consumida por la tristeza debido a mis vástagos que fueron robados.”
“No hay necesidad de eso. Secaré este impetuoso océano con mi pico. Solo observa.”
“¿Estás loco? Escucha este proverbio de las escrituras,
El que se apresura
A enfrentar  un poderoso enemigo
Pero que no ha  juzgado bien su poder
Encontrará la tragedia
Pies estirados rió. Giró para enfrentar al océano. “Con mi propio pico, duro como el hierro, secaré este malvado océano.”
“Oh, si tu gran pico pronto secará esta gran reserva de agua, el lugar de descanso de los ríos Ganges y Sindhu, con sus diez mil tributarios.”
Viendo que su esposo no podía ser desviado de su determinación, Devota dijo, “Muy bien, inténtalo si pudes, pero al menos busca la ayuda de todos los demás pájaros. Aunque solos somos débiles, juntos podemos ser fuertes. De simples hebras se teje una soga que puede sostener a un elefante. A través de la cooperación grandes cosas pueden hacerse. Déjame contarte la historia del gorrión y el elefante.”