El Rey Sivi y la Paloma


Una vez mientras el Rey Sivi estaba sentado en su corte, rodeado de sus ministros, una paloma de repente aterrizó en su regazo. Viendo esto, el sacerdote de Sivi dijo, “Oh Rey, según la ciencia de los presagios, una paloma que cae en el regazo de uno pronostica peligro. Para contrarrestar este peligro debes entregar mucha riqueza en caridad.
Para sorpresa del Rey, la paloma entonces le habló. “¡Gran Rey! Me encuentro en extremo peligro. Un águila me persigue resuelta a comerme. Le ruego me salve.”
Cuando la paloma habló, el águila voló dentro de la corte y se posó cerca del rey. Ella también habló al rey.
“Esta paloma es la comida adjudicada a mí por Dios” dijo el águila. “Por lo tanto, Oh Rey, entrégamela a mí.”
El rey estaba en un dilema. “¿Qué debo hacer?” dijo, girando hacia sus ministros. “La paloma ha buscado refugio en mí, no obstante el águila tiene razón. ¿Cómo puedo satisfacer a ambos?”
“Este es el peligro que vaticiné” dijo el sacerdote. “Tu virtud se encuentra amenazada, ya que no puedes negarte a ninguna de estas dos criaturas.”
“Lo sé bien” dijo el rey. “Aquel que da la espalda a una criatura asustada pidiendo protección incurre en el pecado de asesinar a su propio hijo. Pero esta águila también está pidiendo mi ayuda.”
El rey se dirigió al águila. “Oh ave, no puedo entregarte esta paloma, pero en su lugar puedes tener cualquier otra comida que desees. Puedo traer para ti la carne de un ciervo, un jabalí salvaje, o hasta un buey. Solo dime cual prefieres.”
“No deseo ninguna de esas carnes. Mi comida decretada es esta paloma, no esas otras criaturas. Solo deseo la paloma.”
“Noble águila, puedo renunciar a mi reino o incluso a mi vida, pero no puedo desamparar a esta paloma que busca mi protección. ¿De qué otro modo puedo satisfacerte?”
“Muy bien” dijo el águila. “Si cortas de tu propio cuerpo la carne igual en peso a la paloma, yo aceptaré eso.”
El rey sonrió y agradeció al águila. Sacando su larga espada de su vaina, dijo a sus ministros. “Rápido, busquen una balanza.”
Sivi entonces cortó un pedazo de carne de su muslo y la puso sobre la balanza junto a la paloma. Viendo que la paloma pesaba más que su carne, el rey cortó otro pedazo de su otra pierna. Pero todavía la paloma pesaba más. El rey comenzó a cortar pedazos de otras partes de su cuerpo, pero para su asombro descubrió que el peso de la paloma no podía ser igualado por ninguna cantidad de carne suya.
Finalmente el rey trajo la balanza junto a él, diciendo, “Toma mi cuerpo entero. De ninguna manera abandonaré a esta paloma.”
Asombrado al ver que la balanza aún no estaba equilibrada, el rey dijo, “Oh aves, díganme quienes son ustedes. Solo los poderosos señores de la creación podrían haber ejecutado una hazaña tal como esta.”
“Estás en lo correcto” contestó la paloma, quien luego transformó su cuerpo para revelar su verdadera identidad. “Yo soy Agni, el dios del fuego, y el águila es Indra, el rey de los dioses. Vinimos aquí para probar tu virtud. Oh Rey, has pasado la prueba maravillosamente.”
Moraleja: Siempre da refugio a los desamparados
Oído Rampante terminó ofreciendo su consejo a Destructor del Enemigo. “Entonces yo digo que el cuervo debe ser perdonado y debemos entregarle protección, su Majestad. Actúa como el Rey Sivi, o como la paloma descrita por Ojo Feroz.”
Ojo Rojo, habiendo escuchado los consejos ofrecidos por sus colegas ministros, se alarmó, “Estos tipos son unos completos idiotas” murmuró para sí. “No tienen ni idea sobre el bien y el mal. El cuervo no es una víctima indefensa buscando refugio, es nuestro jurado enemigo.”
Ojo Rojo se dirigió a su amo, “Oh señor de las lechuzas, no hagas caso a este inútil consejo. El cuervo nos quiere hacer daño, estoy seguro de ello. Hemos dañado enormemente a su gente y él nunca lo olvidará. No te vuelvas tonto, su Majestad. Se dice,
En dónde se concede honor a hombres
Que no lo merecen en absoluto,
Y cuando se condenan a los honorables
Y se los trata como tontos,
Allí gradualmente prevalecerá
El temor, la hambruna y la muerte.
Ojo Rojo miró con sospecha a Larga Vida. “Este cuervo nos hará el hazmerreír de todos si no tenemos cuidado” dijo. “Ciertamente, los tontos permitirán que se forje un vil acto ante sus propios ojos y no obstante no harán nada. Escucha la historia del estúpido carpintero.”