La Esposa Desagradecida


Había una vez un brahmana que amaba mucho a su esposa. Estaba siempre intentando complacerla, pero nunca era fácil. Ella se quejaba de todo y siempre discutía con los familiares de él. Al final, el brahmana ya no lo pudo soportar más y decidió vivir lejos de su familia. Llevando a su esposa con él, se marchó hacia un pueblo distante.
En medio del viaje, mientras estaban abriéndose camino por un gran bosque, a la esposa del brahmana la dominó la sed. Su esposo la dejó sentada bajo un árbol y fue a buscar agua. Sin embargo, cuando regresó, la encontró muerta. Cayó al suelo y comenzó a gemir de tristeza.
Súbitamente escuchó una voz del cielo. “Mi querido brahmana, si deseas que tu esposa viva otra vez, entonces dale la mitad de tu vida.”
El brahmana inmediatamente se sentó y se purificó sorbiendo agua y cantando mantras sagrados. Luego, después de ejecutar diversos ritos, dijo, “Doy vida” tres veces, para partir con la mitad de su vida.
En seguida su esposa se levantó. “¿Dónde está el agua?” preguntó y el brahmana le dio la botella rebosante de alegría.
Después de comer algunas frutas silvestres, continuaron su viaje. Eventualmente llegaron a un pueblo y acercándose a sus portones, llegaron a un encantador jardín.
“Espera aquí” dijo el brahmana. “Iré a buscar algo de comida.”
La mujer se sentó bajo un árbol frondoso, cerca de una laguna. Mientras esperaba a su marido escuchó cerca el sonido de divinas músicas. Mirando por los alrededores, descubrió que provenía de un hombre apuesto pero lisiado, que estaba haciendo girar una rueda hidráulica y cantando mientras trabajaba.
Locamente enamorada de él simplemente por escuchar su maravillosa canción, la mujer brahmana dijo, “Sé mi amante, buen señor. No me rechaces o el pecado de dar muerte a una mujer se quedará contigo, ya que no viviré.”
El hombre aceptó y la esposa del brahmana lo abrazó y disfrutaron juntos por algún tiempo. Poco tiempo después, el brahmana regresó con comida. Él y su esposa comenzaron a comer y ella le dijo, “Hay un hombre discapacitado aquí. ¿Por qué no le das un poco de comida?”
El brahmana compartió felizmente su comida con el hombre. Cuando terminaron de comer su esposa dijo. “¿Por qué no traemos a este hombre con nosotros? Te vendría bien un compañero de trabajo.”
“Muy bien” contestó el brahmana y levantó al hombre lisiado y lo llevó en sus hombros. Esa noche él descansó cerca de la boca de un pozo. Con la ayuda del hombre, la esposa del brahmana empujó al esposo dormido dentro del pozo. Ella y su amante entonces se abrieron camino hacia la ciudad donde comenzaron a vivir juntos.
Como lo quiso el destino, el brahmana fue rescatado del pozo por un hombre sagrado quien había escuchado sus gritos. Él también entonces se abrió camino hacia la ciudad, donde descubrió a su malvada esposa viviendo en pecado. Inmediatamente fue ante el rey para pedir justicia.
El rey ordenó a la mujer que venga ante él. “¿Es este hombre tu esposo?” preguntó.
“No, él es un mentiroso. Desea tenerme y no puede soportar que tenga a un lisiado como esposo” contestó.
Moraleja: No seas controlado por una esposa materialista
El brahmana dijo, “Eres tú la que miente, querida dama y lo probaré. Anteriormente, cuando estábamos viajando juntos, te di algo y ahora lo quiero de vuelta.”
“Oh, ¿Qué era?”
“Era la mitad de mi vida” dijo el brahmana.
“¡Qué tontería!” exclamó su esposa.
“Entonces, no tienes nada que temer, ¿cierto?” dijo el brahmana. “Pero solo haz una cosa por mi, di tres veces, ‘Te devuelvo tu vida.’”
El rey miró a la esposa del brahmana a la expectativa. “Vamos. Haz como dice este brahmana. Veamos que ocurre.”
Temiendo la ira del rey, la mujer hizo lo que él dijo, pronunciando, “Te devuelvo tu vida” tres veces e inmediatamente cayó muerta.
Boca Roja terminó el relato con una carcajada. “Entonces, esta es la naturaleza de las mujeres materialistas, mi amigo. No debes ser nunca controlado por sus exigencias.”
Dientes Terribles continuó clamando por su inocencia, pero Boca Roja no iba a ser convencido. Dijo, “parece que estás completamente dominado por tu esposa. No hay nada que no harías por ella. Hay otro relato que ilustra esto muy bien.”
“Te ruego me narres ese cuento” dijo Dientes Terribles y Boca Roja continuó hablando.